lunes, 6 de febrero de 2012

ODIO EL AMOR

Odio el amor. Quizás es porqué soy un monstruo sin sentimientos, o el hombre de hojalata, no lo se. Aunque también dudó de su existencia, y por otro lado no se puede odiar algo que no existe…
Recurro al diccionario a comprobar su existencia y según el diccionario de la Real Academia Española, el amor es un: “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”.
Ya de entrada con está definición, la RAE se carga de un plumazo todo el supuesto romanticismo del amor. Nos viene a decir que, como somos unos inútiles e incompletos buscamos emparejarnos con alguien mejor para sentirnos realizados.
Hay que reconocer que los señores de la RAE, hombres enamorados de sus santas esposas, -¿Cómo será la mujer de un señor de la RAE?, ¿serán como las mujeres de futbolistas, actores o cantantes?- llevan su parte de razón. Los seres humanos somos incompletos por naturaleza y buscamos aquello que nos falta. Los hombres buscamos en el amor aquello de lo que carecemos, aquello que no tenemos, ¿y que es lo que no tenemos y más deseamos? Pues un buen par de tetas. Buscamos una chica que esté lo más buena posible, dentro de las posibilidades de cada uno, y nos “enamorados locamente”.
Pero en las mujeres la cosa no es más romántica. ¿De que carecen la mayoría de mujeres? Pues desde tiempos remotos, por suerte o por desgracia –digo… ¡por desgracia, por desgracia!- las mujeres suelen tener un sueldo inferior al de los hombres -será al del resto de hombres, porque lo que es el mio…- y una proyección laboral menor. ¿Qué buscan entonces en un hombre? Pues una buena… cartera, y si tiene un buen rabo pues oye, miel sobre hojuelas –que ganas tenia de usar esta frase-.
¿Qué eso es mentira? ¿Qué soy un puto machista?, claro, preguntárselo al atractivo Fabio Briatore, o al premio nobel de física Sergio Ramos, a Bernie Ecclestone siempre rodeado de feas mujeres solventes, o al gran “Papuchi”.
La siguiente definición de la RAE no es menos curiosa: “Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear”.
Me gusta la aclaración de: “…procurando reciprocidad en el deseo de unión…”, la verdad es que tienen razón, siempre hay que procurar cierta reciprocidad en el deseo de unión, sobretodo si no queréis acabar en la cárcel, ya que lo contrario se conoce como violación. En los casos en que veáis que no hay reciprocidad en el deseo de unión, esperar unas copas más a ver que tal.
Es curiosa también la parte de: “…da energía para convivir…”. A quien no le ha pasado, que estando en una discoteca, ves a una tía que esta tremenda, y te sube así por el cuerpo como una energía, una luz, unas ganas de convivir con ella. Sobretodo es una parte de tu cuerpo la que quiere convivir con ella, durante al menos diez minutos, si habéis oído bien, diez minutacos, yo soy así, ¡Que disfruten ellas también hombre!
Por supuesto no hace falta decir, que el ultimo verbo de la definición: “…crear.”, se refiere a… a hacer maquetas de aviones con ella, donde esté una buena maqueta de un F-15… A mi me ha pasado eh, estar una tarde con mi novia en casa, venirme con ganas de juerga y le he tenido que frenar los pies, porque estaba con mi maqueta disfrutando como un loco. Mujeres… que poco románticas son.
Capitulo a parte merece la festividad de San Valentín. Fiesta consumista introducida en España por los almacenes “Galerías Preciados”, con cero historia ni significado pero que pobre de ti no le compres nada a tu pareja.
Los trescientos sesenta y cuatro días restantes del año, -trescientos sesenta y cinco si es bisiesto- todas las mujeres de este país, restan importancia a esta fecha, la minimizan y desprecian en todo tipo de reuniones sociales con otras mujeres y hombres.
¿Qué por qué hacen eso? Es muy sencillo y retorcido. Las mujeres, libran desde hace unos años, una batalla por aparentar lo que no son y por ocultar sus verdaderos deseos, para que los hombres, nunca sepan que en realidad no son tan distintas de ellos, con sus mismas virtudes y defectos, y sobretodo con sus mismas necesidades, y pretendan relaciones de igualdad, como por ejemplo: follar gratis a cambio de nada, simplemente por que a los dos les apetezca. ¡Válgame Dios! ¡Que disparate!
Y lo peor que le puede pasar a una mujer, es que otras mujeres le acusen ante el tribunal feminista, de haberse doblegado a la sociedad falocéntrica, -siempre hay que decir falocéntrica, ¿Qué, que es eso? Y yo que coño se…-.
Es entonces cuando, pretendiendo aparentar una indiferencia total por ese día, y una dependencia nula hacia los hipotéticos regalos que pudieran recibir, dirán que a ellas ese día no les dice nada, que a ellas no les gustan los ramos de flores -que lastima cortar las pobres flores, dicen-, que las postales son cursis… ¡Mentira! Son todas más falsas que una exclusiva de Lydia Lozano, así que no seáis pardillos, es una trampa femenina de manual. Comprar, gastar y regalar, lo que sea pero regalar siempre.
Tú regala, ella dirá que no tenias porqué, que a ella ese día no le dice nada, que es una fiesta yanqui y bla, bla, bla… pero tus probabilidades de follar ese día aumentan un 50% mínimo, 90% si es algún tipo de joya cara, sobretodo cara. Un detalle a tener en cuenta es nunca regalar bombones si durante este periodo está a régimen -que es lo más probable- porqué se te puede girar en tu contra.
Por cierto… pronto es San Valentín y aún no he comprado nada para mi novia… ¡Me cago en…!

No hay comentarios:

Publicar un comentario