Científicos crean la primera hamburguesa artificial.
Antes de que “Paquirrín” -lo siento, antes muerto que llamarle Francisco Rivera- de saltos de alegría, o al menos lo intente, me gustaría analizar lo que hay de realidad en este titular.
Para la fabricación de una hamburguesa, ha explicado el científico Mark Post, se necesitan unas tres mil tiras de tejido muscular, doscientas tiras de tejido graso, nutrientes vitales y suero bovino fetal. Todo esto previa matanza del o de los animales, para conseguir una hamburguesa tan artificial que ya le han propuesto una portada en Interviú.
Y digo yo, desde mi más absoluta ignorancia, ¿no es más fácil coger esas tiras de carne extraídas de una vaca, hacerlas a la parrilla y comérselas? Vamos lo que se ha hecho toda la vida.
Hay que reconocer que el avance es acojonante, han conseguido hacer una hamburguesa a partir de tejido muscular y graso de una vaca… lo que me lleva a la siguiente pregunta: ¿Qué coño hacían entonces hasta ahora los carniceros?
Pobres ignorantes todos… pues maldita la gracia matar a una pobre vaca para sacar doscientas hamburguesas a un euro, lo que estas mentes con demasiado tiempo libre y sobrefinanciadas hacen, es matar doscientas vacas para obtener una hamburguesa de doscientos cincuenta euros, de un apetitoso color rosado amarillento -según palabras textuales-.
Ahora que pienso… hamburguesas, científico loco, color amarillo… ¡esto tiene que ser obra del gran Profesor Frink!
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Si...yo también lo oí y me quedé a cuadros 8)
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