Las moscas
se dan al alcohol cuando no pueden aparearse
Investigadores de la Universidad de California con mucha pasta y tiempo
libre han decidido comprobar si lo que les pasa a ellos cada vez que pisan una
discoteca les pasa también a las moscas.
En el experimento realizado con moscas del vinagre,
se formaron dos grupos. Las moscas macho que sacaron la pajita mas corta,
fueron sometidas a sesiones de una hora de rechazo
por parte de las hembras, tres veces al día durante cuatro días -que ya es ser
cabronazo…- con lo que los científicos llegaron a la conclusión de que: “Esto
suprime el comportamiento de cortejo de los machos incluso ante hembras
receptivas”. No hay que ser muy lumbreras para llega a esta conclusión, porque
después de doce horas en cuatro días recibiendo portazos en las narices, aunque
te pongan a Scarlett Johansson en
pelotas y espatarrada en la cama, sales corriendo traumatizado perdido.
El otro grupo de moscas machos, mas afortunados, fue
sometido a sesiones de seis horas de apareamiento con múltiples hembras vírgenes, en una orgia de uno contra
cinco durante cuatro días, que teniendo en cuenta la breve vida de estos
insectos, no se puede tener más potra. Aprovecho para decir que cuando quieran
hacer este experimento con seres humanos me ofrezco voluntario, aunque con la
suerte que tengo seguro que me tocaría en el grupo de los puteados. Lo que no
aclaran es si las moscas hembras y vírgenes elegidas para el experimento,
pasaron algún tipo de “casting” o concurso de Miss Mosca que garantizara un mínimo atractivo mosquil, o si eran las
solteronas amargadas a las que no había moscardón que se les acercara, porque
en ese caso el alcohol se lo tendrían que haber dado antes del apareamiento.
Estos científicos americanos se podrían haber
ahorrado la pasta que habrá costado el experimento y haberse ido a comer unos
donuts o a comprarse alguna pistola para disparar a los mapaches del jardín, porque después del puteo al que someten a los
moscardones, no hay que ser un lince para saber que se irán a la bebida a la mínima
que puedan, es más, si a los moscardones de las orgias les dan la opción de
elegir un cigarro al acabar, seguramente también lo escojan.
En teoría este gran experimento ha de servir para
tratar adicciones a nivel humano, imaginamos que mediante algún tipo de
medicamento o algo por el estilo, pero si alguna conclusión podemos extraer de
esta noticia es que si quieres curar a una persona que tenga alguna adicción déjate
de pastillitas ni hostias y tráele cuatro
o cinco vírgenes -aunque encontrar de esas en seres humanos es algo mas
complicado-.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/15/actualidad/1331838933_489145.html
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