martes, 24 de enero de 2012

ODIO IR DE COMPRAS

Odio ir de compras. Observad sobretodo el matiz, porque no es lo mismo ir de compras, que ir a comprar.
Ir a comprar, es una tarea que hacemos todos, obligados por la necesidad de alimentación e higiene sobretodo. Ir de compras, en cambio, es una actividad más compleja y desconcertante para cualquier cerebro corriente.
En lo que al ir a comprar se refiere, lo que yo aconsejo es que a poder ser intentéis por todos los medios, ir solos. Tanto si sois hombres como mujeres, ya que en cualquier caso podréis comprar a vuestro antojo todo aquello que necesitéis, o deseéis.
Según estudios recientes de la Universidad de Minnesota Timberwolves, las parejas que van a comprar juntas tienen un 87% de posibilidades de separarse. Este dato quizá te interese si lo que quieres es romper rápidamente con tu pareja, ahora bien, en el improbable caso de que quieras seguir teniendo pareja y no puedas evitar ir a comprar juntos, sigue estos sencillos consejos:
-Si tu novia o mujer, está un poco entradita en carnes o es una “gordaca” de cuidado, evita los pasillos de chocolates, pastas y dulces y evitarás una discusión segura.
-Chicas, evitad estar quince minutos de reloj delante de las compresas, tampones y demás enseres de higiene intima, a los hombres no les encanta.
-Para comprar un suavizante no es necesario olerlos todos, todos huelen bien, no han comercializado aún ningún suavizante de fabada, de gatos mojados o coliflor hervida.
-Tampoco hace falta, echarle a tu pareja la bronca del siglo porque ha cogido la primera botella que ha visto, de lo que sea, sin comparar antes cual de ellas tenia un mililitro más.
-Evitar avergonzar a vuestras parejas, comiéndoos las patatas fritas antes de llegar a la caja. Obsérvese aquí, que lo que no se suele ver mucho es a alguien comiéndose las acelgas antes de pagarlas, bueno, ni después.
Existe la creencia o la teoría de que las personas que tienen perros acaban pareciéndose a estos, o los perros a ellos. En cualquier supermercado podéis comprobar que esto es equivalente a observar a una persona empujando un carro de la compra, verás como ambos se parecen asombrosamente, tanto en el volumen de la carga, como en la tipología de su contenido. Más o menos lleno, carne o verdura, productos lácteos y bollería industrial o fruta, marcas blancas o marcas caras. Por sus carros los conoceréis amigos.
Hablemos ahora del “ir de compras”. Si eres mujer o Mario Vaquerizo, quizás disfrutes de ir de compras, si eres hombre soltero, no te gustará pero al menos dispondrás de la libertad de elegir cuando, donde y como ir, y si eres hombre emparejado… estás jodido.
Si antes hablábamos de lo peligroso que era ir a comprar en pareja, y que existían un 87% de probabilidades de ruptura, en este caso las probabilidades se disparan al 105%, si a mi también me parece imposible una probabilidad de mas del 100%, pero yo me limito a mencionar los datos de la Universidad esa.
En estos casos, evitad por todos los medios ir con vuestras parejas -sobretodo novias-. ¿Qué no puede se tan grave? Pues probad si tenéis cojones. Existen infinitas maneras de quedar fatal y si no ya se inventarán alguna nueva.
El problema empieza ya en el momento en el que tu pareja te plantea ir de compras: “¿Cari, te apetece ir de tiendas mañana?”, en ese momento tu vida pasa por delante de tus ojos, y antes de que te de tiempo de abrir la boca, añade: “Es que necesito unos zapatos”, claro, solo tiene cuarenta y siete pares, pensarás tú, pero solo tendrás huevos a decir, con voz temblorosa: “¿Pe, pero, no tienes ya unos?”, a lo que ella contestará: “¿Pero que dices? Esos son de verano, ahora necesito unos de invierno”, jaque mate. Evidentemente eso es mentira, tiene zapatos de sobra, pero digas lo que digas, solo puedes empeorarlo, así que cállate, da gracias de follar de vez en cuando y vete de compras con ella.
Dentro de la tienda, que estará a reventar, simplemente por estar calladito e ir detrás de ella, ya la habrás cagado otra vez, “Que rabia me da que vayas detrás mio, con las manos en los bolsillos como un guardaespaldas”, ¿Dónde coño quieren que vayas?, ¿Delante de ellas en un monociclo haciendo malabares?
“¿Te gustan estos?”, te preguntará, mientras tu solo ves el 59,99 de la etiqueta del precio, “Hombre… no están mal”, dirás tu, “Menudo entusiasmo, no te gusta nada hijo”, contestará ella indignada. Lo peor que puedes contestar aquí es: “¿Pero no tienes unos iguales en casa?”, tras lo cual, lo más suave que te pueden contestar es: “Los que tengo en casa son zapatos de tacón alto, de verano, abiertos y de ante rojo, y estos son botines de talón bajo, cerrados, de piel y granates, madre mía hijo, es que no te enteras de nada” pudiendo añadir: “Si vas a estar con esa cara, haberte quedado en casa”, ¡tócate los cojones!, como si tuvieras elección.
Todo este proceso es inevitable, siempre y cuando quieras seguir teniendo novia y llevar una vida sexual más o menos activa, así que lo que yo te recomiendo es que te lo tomes con filosofía y mientras ella rastrea toda la tienda en busca de presas, tu limítate a seguirla con las manos fuera de los bolsillos y nunca cruzadas, asiente con una sonrisa a todo lo que te diga, no pongas ninguna pega por evidente que sea y de vez en cuando remueve un poco las prendas colgadas como si buscarás algo para ella fingiendo integración absoluta.
¿Qué como se puede fingir esa actitud, sin que te salga una úlcera?, a ver, sencillo no es, y lo irás perfeccionando con la practica, que te aseguro que no te faltará, pero tu ves pensando en el próximo partido que tiene que jugar tu equipo, en las partidas a la “play” que vayas a echar con los colegas, en algo que te quieras comprar en breve y -ojo con lo que voy a decir porque esto es solo para personas con experiencia y una técnica muy depurada, no lo intentéis a las bravas sin entrenamiento previo-, podéis también de vez en cuando animaros la vista con las dependientas, que suelen estar sacadas de un casting de “Hombres, mujeres y viceversa”.
Pero repito: esto es solo para profesionales, no os hagáis los héroes pensando que vuestra novia no os está viendo porqué lo ven absolutamente todo, con un ojo miran una falda y con el otro ya tienen controlada donde está la tía buena más cercana y hacia donde miran tus ojos. Y si te enganchan en esto, la bronca de los zapatos puede ser un juego de niños en comparación con la que se te avecina.

Como observación final, simplemente añadir, que como es obvio en periodo de rebajas todos estos problemas se acentúan de tal manera, que el único consejo que puedo dar, es que abandonéis el país. Si os es difícil emigrar, tranquilos, hay otras alternativas, como por ejemplo estar enfermo durante todo el periodo de rebajas y una tibia o peroné roto no funciona mal en estos casos.
Pero si sois demasiado cobardes o aprensivos para estas sencillas soluciones, solo os queda un camino: no tener pareja en periodos de rebajas. Hay tres épocas en el año en las que es mucho mejor estar soltero: San Valentín, cualquier tipo de vacaciones  -en casos extremos se podría añadir los fines de semana- y rebajas.
Gracias, y me despido, que he quedado con mi novia para ir de compras.

1 comentario:

  1. Soy mujer... Y concuerdo totalmente con esto. Odio ir de compras.

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