Que un hombre asesine a sus padres no es ninguna novedad, pero lo curioso del suceso es que el asesino vivió con los cadáveres de sus progenitores, durante casi diez meses.
Después de matar a sus padres, se le planteó, la dificultad de como disimular el olor de los cuerpos, para no levantar sospechas entre el vecindario. Porque la posibilidad de simplemente deshacerse de los cuerpos, le debía resultar descabellada, o vivía en un noveno sin escalera, y le dio pereza al muchacho.
Mucho más sencillo es: -según palabras textuales- colocar ambientadores por todo el piso. Esta solución debió ser muy celebrada por la droguería del barrio, aunque imagino que no compraría ambientadores de estos que se activan mediante un detector de movimiento. No seáis macabros, más que nada lo digo porque los recambios salen por un pico, mas barato es colgarles de los pies unos pinos de estos para el coche.
Otro dato a destacar de la noticia, es el hecho de que el asesino, tras cometer el delito, se preparó un café -“what else”- a continuación escribió setenta y ocho páginas de lo acontecido -no sé que coño diría en setenta y ocho páginas- e intento acabar con su vida apuñalándose cinco veces.
No conozco intento más idiota de suicidarse, ¿no era más fácil, con ese mismo cuchillo, cortarse las venas?, porque a la que llevas dos o tres puñaladas -se las debió dar en el culo, porqué si no, no lo entiendo- ya te das cuenta que eso no lleva a ningún sitio.
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