El personaje más odiado del mes de diciembre ha sido, por aclamación popular: Remedios Cervantes Montoya.
Esta malagueña de cuarenta y siete años, dio el salto a la fama después de proclamarse miss España en 1.986, más tarde daría el salto a la televisión presentando junto a Bertín Osborne el espacio musical “Veraneando” o “Todo por la pasta” junto al gran Arévalo.
Pero no satisfecha con su atronador éxito televisivo, dio el salto a la gran pantalla. Su debut, y prácticamente despedida, tuvo lugar en la película “Adiós, tiburón”, protagonizada por Josema Yuste y Anne Igartiburu, entre otros.
Por si todo esto no fuera suficiente, el suceso por el cual se ha hecho merecedora de tal honor, ocurrió el pasado 27 de diciembre, en el concurso conducido por Carlos Sobera: “Atrapa un millón”.
La modelo que participaba ayudando al concursante, tuvo una corazonada en una de las preguntas.
La pregunta decía algo así como: ¿Cual de las substancias diluida en agua conduce mejor la electricidad? ¿El azúcar o la sal? Se jugaban 5.000 euros y el concursante puso el fajo de billetes, en la pantalla de la sal.
Hasta ahí todo normal, pero entonces sucedió lo impredecible, cuando solo quedaba un segundo para que se acabara el tiempo, Remedios Cervantes cambio rápidamente de sitio el dinero colocándolo sobre la respuesta del azúcar, bajo la mirada atónita del presentador y el grito desgarrado del concursante.
Evidentemente la respuesta correcta, era la sal. El pobre chico perdió los 5.000 euros, mientras Carlos Sobera, como si de Mourinho se tratase, repetía una y otra vez: “¿Por qué? ¿Por qué? ¿Qué necesidad había de hacer eso?”
Para seguir agrandando su leyenda, ayer mismo la modelo aparecía en televisión, defendiendo su honor, por qué su inteligencia no hay quien la salve ya.
La chica, dice en televisión que “asume las consecuencias”, cosa que dudo ya que no le ha dado al pobre chaval los 5.000 euros que ella le hizo perder, y que en directo, y tras la debacle, prometió pagar de su bolsillo. Lo que si dijo, es que invitaría al chico y su familia al teatro a ver una obra que estrenará en breve. La cual cosa me provoca dos reflexiones: Si que va caro el teatro, para compensar los 5.000 euros y si es que el pobre hombre no ha tenido bastante tormento ya.
Confirmó también que no se trataba de una inocentada ni un plan urdido por la productora, y que solo había sido un error. Nadie lo dudaba Remedios.
Como la serpiente que muere matando, aún tuvo tiempo de añadir que, una pregunta antes, fue ella la que salvó 10.000 Euros, a lo que el chico en conexión telefónica discrepó, y que en breve protagonizará otra aparición, esta vez en ¡Ahora caigo! Estamos deseosos de verte caer Remedios.
Me despido citando un bello refrán: A veces, es el peor la Remedios, que la enfermedad.
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