Un niño
salva la vida a su abuela y a su hermano al conducir gracias a un videojuego.
Vaya, vaya, vaya… ¿Dónde están ahora todos esos agoreros que critican constantemente la
mala influencia que ejercen los videojuegos?
Cuando un chiflado
coge una escopeta y se lía a tiros en un instituto es por culpa de los
videojuegos y se debate a toda portada. Pero cuando un niño salva a su abuela -que
fuera necesario salvarla o no es otra cuestión- gracias a un videojuego,
entonces nos lo callamos como putas.
Pero no nos desviemos en debates sumamente
importantes y vayamos a la historia en cuestión. El caso es el que el muchacho
de 10 años, Gryffin Sanders viajaba
en coche con su abuela de 74 años y su hermano de 4. No puedo imaginarme peor
pesadilla.
En el recorrido de su casa al puesto de perritos calientes de la tercera con la
quinta avenida -esto me lo estoy inventando- y tras parar siete veces para
cambiar los pañales… a la abuela,
ésta se desmayó. Cosa extraña ya que las ancianas son muy aptas para conducir
todo tipo de maquinaria pesada con dos niños a bordo.
En ese momento Gryffin se hizo cargo del volante
conduciendo durante varios kilómetros, hasta llevar el coche a un lugar seguro.
Según explicó el chico su habilidad al volante se
debe a su gran experiencia jugando al Súper
Mario Kart. También declaró que no
encontraba el botón del turbo ni el de lanzar calamares y pieles de plátano.
El padre del pequeño ha asegurado que su hijo se
había comportado como un auténtico héroe y que "no podía estar más
orgulloso" de él. De lo que se deduce que la anciana suicida era su madre
y no su suegra. Porque si no el
pequeño Gryffin estaría castigado tres meses sin salir.
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