Odio conducir. Y esto es por culpa de todos vosotros, entre todos lo habéis conseguido. Claro que tampoco es muy difícil hacerme odiar algo la verdad.
Yo era un inocente
chaval de 18 años, sin ninguna otra preocupación que matarme a pajas en mi habitación
y aprobar algún que otro examen. Como cualquier persona normal conseguí por fin
mi carnet de conducir tras cuatro intentos fallidos. Es que los examinadores me
tenían manía…
Cuando conseguí comprarme mi primer cochecillo de
segunda mano, me lancé a la jungla
de asfalto con más miedo que vergüenza.
A partir de ahí todo cambió. Fui automovilísticamente violado, me
insultaron, vejaron y a base de hostias me hicieron como soy y sobretodo me
hicieron odiar a todo aquel que se sube a un vehículo de cuatro ruedas, o de
dos. A los que se suben a vehículos de una rueda tampoco es que los aprecie
demasiado, pero se ven poco fuera del circo o lejos de algún semáforo en rojo
pidiendo unos euros. Cuando saques algo de dinero cómprate la otra rueda
imbécil… ¡Y dúchate!
¿Por qué hay tantos imbéciles al volante? ¿Por qué
la gente da tanto por culo cuando se sube a un coche? ¿Son ya imbéciles cuando
son peatones o se vuelven imbéciles cuando se montan en el coche? ¿El conductor
o conductora gilipollas nace o se hace? ¿Es legal pegarle un tiro al conductor
de delante? ¿A los peces les entra agua en los ojos?
Despacio, despacio. Son demasiadas preguntas así que
iremos por partes -si las preguntas las has escrito tu idiota, pensareis-.
Primero de todo es necesario aclarar que el imbécil
al volante no se hace si no que nace. El que es imbécil lo es caminando, en
bicicleta, en borrico y en coche.
La única diferencia es que él es consciente de que
si da por culo caminando se puede llevar una hostia en los hocicos. Si va en bicicleta ya es más difícil recibir
la hostia porque es más difícil de alcanzar, así que su nivel de imbecilismo
aumenta. Cuando va en coche el imbecilismo se multiplica porque el individuo
sabe que la velocidad y la carrocería le protegen de las hostias y lo mantienen
en el anonimato.
Con todos estos datos he desarrollado una fórmula
para determinar el nivel de hijoputismo de los conductores en función del
vehículo que conduzcan -valga la redundancia. Pues que valga que valga-.
HPMO = Coef. I · 2m · v
HPMO : Nivel de Hijoputismo
Coef. I : Coeficiente de imbecilidad
M : Masa del vehículo.V : Velocidad del vehículo.
Se ha de tener en cuenta las
siguientes modificaciones:
-El
resultado se multiplicara por 1,5 en caso de ser hombre.
-Se sumará
una unidad al resultado por cada dos pegatinas de discoteca que lleve en el
vehículo. (Si son discotecas que ya no existen aumentaremos una unidad más)
-Se
multiplicará el resultado por 1,2 a los vehículos rojos o amarillos.
-En el caso
de los vehículos que aparecen en la lista no es necesario realizar ninguna
fórmula ni pollas en vinagre, los consideraremos imbéciles y punto:
-
Seat
Leon, Volkswagen Golf, Fiat Estilo, Mercedes antiguos, Todoterrenos negros y
cualquier coche con matrícula andorrana.
En torno al
tema de conducir existe una polémica tan antigua como el paro en España. ¿Conducen mejor los hombres o las mujeres? La
respuesta es sencilla -no sé porque hay tanta polémica entonces- tanto hombres
como mujeres conducen como el puto culo y ambos sexos merecen el exterminio.
La única
diferencia entre sexos son los motivos por los cuales conducen tan mal y los
errores más habituales al volante.
Los hombres por regla general suelen pecar
de exceso de velocidad y agresividad y las mujeres de exceso de lentitud y
pasividad. Algunos podréis pensar que los hombres debido a los excesos de
velocidad pueden provocar más accidentes y por tanto más víctimas mortales que
las mujeres. Pero esto no es del todo cierto ya que las victimas que causan los
hombres por correr demasiado las causan por igual las mujeres por ir demasiado
lentas.
¿Cómo? Por suicidios de los conductores que
soportan más de dos kilómetros detrás de una mujer en una carretera de carril
único o bien en una incorporación a una rotonda o autopista. ¿Pero cómo se van
a suicidar? Preguntareis… Existen básicamente dos modalidades: El
seccionamiento de venas con el ambientador de pino -por la parte que hace
sierra- o el ahorcamiento con la tira contra el cáncer que cuelga del espejo.
Ante las
diferentes situaciones que se plantean al volante hombres y mujeres
reaccionamos de diversas formas.
Cuando un
vehículo llega a un “paso de cebra”
o a un “ceda el paso”, tanto hombres
como mujeres actúan de la misma forma. Miento, existen diferencias. Los hombres
se suelen pasar estas dos señalizaciones por el forro de los cojones y las
mujeres por todo el chochamen.
En ese punto
del relato me gustaría enviar mis más sinceras y cariñosas felicitaciones a
esos viejos que echan el día parados frente a un paso de peatones haciendo
parar a todos los vehículos que se aproximan, para nunca cruzar. Besos y
abrazos a todos y moriros ya por
favor.
Pasemos a
otra señalización muy bonita: Los Stops.
O más conocidos en España como cedas el paso -los ceda el paso también se
conocen como… bueno no, no se conocen-.
Existe una
especie de Stops muy apreciados por los conductores, sobretodo por los
conductores en prácticas, y no son otros que los Stops situados al final de una
larga y empinada subida. Estos Stops existen únicamente para que los
conductores que se examinan puedan suspender y así las autoescuelas hacer su
agosto. Según investigaciones recientes la Dirección General de Tráfico no sabe
nada de estos Stops que son colocados por las propias autoescuelas con
nocturnidad y alevosía.
Llegamos a
uno de los inventos más infames y diabólicos del siglo XXI junto con Gran Hermano:
Las rotondas.
Un invento
creado para que los torpes que se pierden puedan dar la vuelta y para ahorrar
en semáforos en intersecciones.
Podemos
distinguir diferentes tipos de conductores por como abordan dichos obstáculos
viarios.
Hemos de partir de la premisa que el vehículo
que se encuentra girando en el interior de la rotonda tiene prioridad sobre los
que quieren acceder a ella. En las rotondas de varios carriles -una evolución
más infernal todavía de las clásicas rotondas- para salir de la misma tienes
que estar situado en el carril más exterior.
Podéis coger
estas premisas, y mandarlas a tomar por culo, porque es lo que hace todo el
mundo. No hay ley dentro de una rotonda. Son como un Ikea un sábado cualquiera, se sabe cómo se entra pero no como se
sale.
Existen los
típicos conductores miedosos o demasiado prudentes que no ven nunca el momento
de acceder a la rotonda a no ser que encuentren un hueco del tamaño de un
tráiler se siete ejes. Estos conductores provocan suicidios en masa detrás suyo. Otro rasgo característico de estos
conductores es el siguiente: Se aproximan por una larga recta, desde la cual se
vislumbra una rotonda desértica donde el único obstáculo es una planta rodadora
del desierto. Tú conduces detrás y ante la gran rotonda despejada que se abre
ante ti, vas acelerando confiado para entrar del tirón. Pero oh sorpresa, el
conductor de delante frena prácticamente en seco antes de entrar en la rotonda
y tú te cagas en sus muertos. Por si no
ha quedado claro lo vuelvo a repetir: La rotonda está vacía. Se puede entrar
sin prácticamente frenar. Venga animo que lo podéis conseguir.
Otro asunto
espinoso es el archiconocido aparcamiento
en doble fila. Para este tema en concreto es para el cual yo restauraría la
pena de muerte. Pero no mariconadas de sillas eléctricas ni inyecciones letales
ni polladas de esas. Una pena de muerte como Dios manda. Colgaría de los
genitales y en la plaza del pueblo a todos los aparcadores en doble fila para
uso y disfrute de toda la población.
Para empezar
ya es curioso el nombre: “Aparcar en doble fila”. No sé quién fue el gilipollas que inventó el nombre porque
es un nombre totalmente falso y equivocado. Sospecho que él que lo inventó fue uno
de los desgraciados que aparcaba en doble fila. ¿Por qué deduzco eso? Pues porque
es un nombre que describe de manera muy suave e inocente lo que estos
individuos hacen. No puedes denominar aparcar a una acción que no es aparcar ya
que en ese lugar no existe ningún aparcamiento, ¡Es una puta carretera! Y pensaron:
ya que el verbo aparcar es mentira le añadiremos “en doble fila” y así parecerá
más real y legal la cosa.
Si yo paro
el coche en un carril de la autopista
¿Estoy aparcado? ¿Es más legal que lo otro no? Por qué estoy aparcado en
primera fila…
Sobretodo,
sobretodo no se os ocurra pitar, increpar, insultar o dialogar siquiera con uno
de estos “aparcadoresdoblefileros” ya que os contestaran indignados que solo es
un momentito hombre. Siempre es un
momentito faltaría más. Por un momentito murió John Lennon de un tiro. Por un
momentito Jack el Destripador se cargó a cinco prostitutas. Por un momentito de
nada con un iceberg se hundió el Titanic. Por cierto, ahora que lo pienso eso
es lo que me dice siempre mi mujer, que para un momentito no le vale la pena
ponerse y que yo recuerde no estábamos en el coche.
Hablaremos
ahora de los conductores de izquierdas.
¿Conductores que votan al PSOE? No hombre no, ¡Qué he dicho de izquierdas!
Los
conductores de izquierdas son aquellos que sienten una atracción inevitable por
circular por el carril de más a la izquierda aunque la autopista en cuestión
tenga veintiocho carriles.
Los hay básicamente
de dos tipos. Los que van por la izquierda a treinta kilómetros menos de lo que
marca la velocidad máxima dando por culo a todo quisqui. Y los que van por la
izquierda a 30 kilómetros más de lo que marca la velocidad máxima dando por
culo a todo quisqui.
Los primeros
van por la izquierda porque ya que está vacío el carril, pues me meto y ancha
es castilla. Que me adelanta todo Dios por la derecha, pues déjalos que corran.
El lema de estos conductores es: ¿Para
que voy a correr más si ya voy el primero? Estos conductores suelen ser también
los que se incorporan a la autopista a dos por hora y se van rápidamente -esto es
una manera de hablar- a la izquierda como si no hubiera un mañana.
Los otros
conductores de izquierdas son los Fernando
Alonso. Para que lo entendáis os pondré un ejemplo. Autopista de 120Km/h,
tres carriles, por el de más a la izquierda circula un vehículo a 130Km/h
adelantando a los vehículos que van por los otros dos carriles. Llega otro vehículo
por el carril izquierdo a 145Km/h haciendo luces para que se aparte el vehículo
de delante.
¿Una
cuestión más peliaguda que las patillas de la Pantoja eh? Nos encontramos con varios dilemas. Por una parte el
conductor de la izquierda va 10 kilómetros más rápido de lo que debería y va
más rápido que los vehículos a su derecha. Por otra parte el vehículo nuevo que
viene por la izquierda circula más rápido que él ya existente. Pero va 25 kilómetros
más rápido que el máximo permitido. ¿Tiene pues derecho a obligar a que se
aparte otro vehículo?
Yo partiría de
la base que los únicos vehículos que pueden obligar a otro a apartarse a su
paso son los vehículos de la policía, bomberos y ambulancias. Da por culo que
tu vayas por la izquierda rapidillo y que venga un fitipaldi por detrás haciendo luces desde su casa, cuando tú no
puedes apartarte porque hay vehículos a tu derecha. Porque esto es muy curioso.
Cuando viene uno lanzado por detrás de ti que vas por la izquierda y te hace
luces para que te apartes cuando es obvio que si la autopista va bastante llena
y hay coches a tu derecha te es imposible apartarte a menos que te inmoles
contra otro vehículo.
¿Quién tiene
la razón? ¿Quién debería apartarse y quién no? Vosotros mismos, porque a mí me
la suda ya que yo odio a todo el mundo.
-
¿Por
qué los todoterrenos los conducen mujeres maduritas?
-
¿Por
qué los viejos no dejan ya el coche y van en transporte público? Que lo tienen
gratis joder.
-
¿Por
qué hay gilipollas que van con las antiniebla de noche? Sin lluvia, sin niebla.
-
¿Por
qué hay gente que siente una pasión irrefrenable por ayudar a aparcar a otros conductores
que no quieren ser ayudados?
-
¿Por
qué hay viejos en los pasos de peatones haciendo señas con la mano para que no
se paren los vehículos que vienen?
-
¿Por
qué la gente usa menos los intermitentes que la escobilla del wáter?
-
¿Por
qué la gente tiene la necesidad de indicar de que pueblo es mediante pegatinas
en el coche?
-
¿Para
qué cojones sirven las pegatinas de bebe a bordo? ¿A mí que me importa saber si
tienen hijos o no? ¿Yo tengo hongos en los pies y no lo escribo en el coche?
-
¿Por
qué hay algunos que se piensan que sacando el brazo por la ventana puedes
cruzarte de imprevisto tres carriles en la puta cara de la gente?
-
¿Por
qué los ciclistas tan pronto van por la carretera dando por culo a vehículos y
luego se saltan el semáforo en rojo y se suben a la acera a dar por culo a los
peatones?
-
¿Por
qué hay señoras que esperan en un paso de peatones y aunque tu disminuyas la
velocidad ya de lejos, ellas no pasan hasta que te paras y pasan treinta
segundos y hay otras que se tiran al paso de peatones por sorpresa tras un
golpe rápido de cintura que ni Messi y sin mirar?
-
…
Tengo 33 años y no tengo ni coche ni carnet de conducir. Y espero que esta situación siga durante muchos años.
ResponderEliminarMientras haya autobús y metro en mi ciudad, pueden darle por el culo al coche.
ResponderEliminarOdio los putos coches. En la categoría de imbéciles yo pondría también a los machotes de gimnasio con el pelo cortado al 1 que se sienten acomplejados por su Ford Focus de tres puertas de hace más de diez años y lo intentan compensar buscando pelea. Sólo espero que un día se tropiecen con alguno que vuelva de cazar y lleve una escopeta...a ver de qué les sirven sus músculos y sus clases de defensa personal.
ResponderEliminarY no os olvidéis del abuelete en su Dacia que quiere joder a todo el que lleve un coche que cueste un poquito más.
Que los taladren analmente a todos.
Odio la gente que hace mal la rotondas, que salen por el carril del centro en la siguiente salida y encima te pitan porque estás en su camino. (Estoy por llevar unas fotocopias con una sencilla explicación de como usar una rotonda).
ResponderEliminarOdio los hombres que te miran con descaro (estar dentro de sus vehículos se creen que son invisibles?).
Odio estar en un atasco y ver a tanta gente sacándose los mocos... (Hacéis colección??)
Odio cuando hay un accidente y todo el mundo mira para ver cuanto de dramático es.
Odio meterme en el coche y que esté a 50 grados.
Odio la gente que cruza en mitad de la carretera y tu tengas que frenar para que pasen. (ya freno y me llevo el susto, pero tu no uses los pasos de cebra... )
Odio los conductores que infringen las normas pero con levantar la mano y pedirte perdón, todo está solucionado. (Cuando levantar la mano, tienes el perdón supremo)
Odio los autobuses que se meten en la rotonda porque son más grandes y ya pararas tu con tu cochecito...
Odio los parking y sus líos de colores y numero y letras y formas y más colores.
Odio todas las cantidades de sillitas que tienes que comprar hasta que los niños tengan 14 años (con su gastos e impuestos, claro), cuando nuestra generación ha ido en el asiento de atrás tan ricamente tumbada.
Odio la gente que se compra un coche grande, ande o no ande.
Odio echar gasolina ( y su olor derrite cerebros...)
Odio inflar las ruedas continuamente, ( y anda que son pocas! nada más y nada menos que cuatro!!!)
Odio gastarme dineros y dineros en limpiar el coche para que no te pinten "guarro" en la parte de atrás.
Odio perder minutos de mi vida aparcando.
Odio tocar el volante en verano y hacerme quemaduras de 2º grado.
Odio los semáforos que parecen que están pintados, (te daría tiempo de ir a Noruega y volver..)
Pero sobre todo odio: Depender tanto de él.
(Escrito desde el humor y la ironía...)
The Odiator mi enhorabuena de nuevo por tu post.
— Odio haberme tenido que sacar el carnet por vivir en un pueblo (luego se queja el gobierno de contaminación y ni un maldito tren o autobús que te lleve a la civilización)
ResponderEliminar— Odio que la gente me pite por tenerse que pasar tres segundos esperando a que salga (vamos, que cuando nacieron pareciera que salieron todos de un BMW en vez del coño de su santa madre. ¿Es que no tuvieron que aprender o qué?).
— Odio aparcar y que la gente ocupe 20 plazas como si fuera el espacio el salón de su casa.
— Odio las cuestas y los parking (estoy del embrague y el punta-talón hasta el mismísimo para que no se cale el coche).
Y, en fin, desde el día siguiente de sacarme el carnet mi sueño ha sido poder teletrabajar desde un apartamento en una ciudad de costa para no tener que moverme para nada. Ni en época de trabajo ni de vacaciones.