lunes, 16 de septiembre de 2013

ODIO A LA FAMILIA


Lo siento si suena muy duro pero a estas alturas ya que más da… Odio a la familia. Odio a mi familia, a la tuya y a todas en general.
Pero antes de empezar a odiar a diestro y siniestro me gustaría definir el concepto de familia.  Es un concepto éste muy subjetivo. Para muchos su familia la forman sus padres y hermanos, para otros sus padres, hermanos, abuelos y tíos y para otros muchos gilipollas sus padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, primos segundos, nietos, cuñados, cuñadas, suegros…

Pero más allá de los mencionados gilipollas aún encontramos un escalón más de gente “superguay” que incluye en su familia  a unos cuantos amigos que son -palabras textuales- como hermanos. También a la panadera de abajo de casa porque la conocen de toda la vida y a los vecinos con los que se van juntos de vacaciones.
Para regocijo de todos mis fieles seguidores no me puedo olvidar de nuestras amadas mascotas los perros, ya que estos animales son muchas veces incluidos en el concepto de familia. Quien no ha oído la frase: “Es que Luna es como una más de la familia” refiriéndose a la puta yorkshire…

No son pocos los que llaman a los perros “hijo” y no contentos con eso cuando llega su auténtico hijo por la puerta le dicen al perro: “Mira Rasty, ya ha llegado tu hermano, saluda a tu hermano”. Una puñalada en el ojo es lo que merecerían.
No ahondaré en los casos en los que la dueña del perro ha besado más veces en la boca al animal que a su marido en los cincuenta años que llevan de casados, y por supuesto más que a sus propios hijos.

Volviendo al tema ser humano, hay varios conceptos que me gustaría que alguien me aclarara. ¿Qué cojones es un primo segundo? ¿Qué mierda es un sobrino-nieto? O ¿Un tío-abuelo? ¿Tía segunda?... ¿Quién se ha inventado estas mierdas? Si yo ya de pequeño tenía problemas para entender que era un yerno o una nuera o un cuñado, ¿Para qué mierda van ampliando tanto el círculo inventado parentescos extraños? ¿Qué quieren conseguir con eso? ¿Qué todo el planeta tierra seamos familia? Bastantes problemas tenemos ya para mantener una relación medianamente buena con nuestros padres y hermanos…
A los que les gusta mucho estos parentescos extraños es a los gitanos. ¿Es posible que todos los gitanos de España sean familia? ¿Vienen todos de una pareja original, de un Adán y Eva gitaniles? No creo, si una pareja primigenia de gitanos hubiera “cogido prestada” una manzana ni Dios tiene cojones a decirles nada. A menos que quiera tener al día siguiente a treinta y cinco primos en la puerta. Treinta y cinco primos dialogantes dispuestos a aclarar las cosas civilizadamente por supuesto.

Voy saliendo ya de este berenjenal y otro día prometo meterme más a fondo en el mundo de mis amigos los gitanos, o como hay que decir ahora: personas de etnia gitana. Pero para que nadie se sienta menos odiado, antes tengo que escribir también sobre machupichus, moros, negros, charlies… perdón, quería decir: sudamericanos, musulmanes, personas de color, asiáticos…  De todas maneras no creo que levante tanta polémica como criticar a los todopoderosos dioses de la humanidad: Los perros.
En fin, seguimos con los parentescos chupiguays. ¿Qué enfermiza mente puede considerar que un cuñado o cuñada es un familiar suyo? ¿O tan siquiera un amigo…? Pues eso que hay que estar enfermo.

Hay que distinguir entre tres clases de cuñados: El cuñado o cuñada que se cepilla a tu hermano o hermana, el cuñado o cuñada del cual tú te cepillas a su hermana o hermano y el cuñado o cuñada que no se cepilla a nadie que te importe.
Los primeros son los más odiables, sobre todo si se cepillan a tu hermana. Los segundos hay que tenerlos contentos si son de tu mismo sexo, y si son del sexo contrario y están buenos o buenas… peligro, mantenerse alejado. Los terceros como si no existieran.

Otro parentesco artificial y absurdo porque si es el de los consuegros. Como mi hijo y tu hija se han casado, nosotros ahora somos familia. Cuando ya tienes una edad y estas de vuelta de todo lo único que te falta ya es tener que hablar con otro señor mayor con el que no tienes nada en común. “¡A mis brazos consuegro!” -frase rabiosa donde las haya-.
Y llegan las bodas. ¿Qué sería de Divinity sin las bodas? Tendrían que estar veinticuatro horas reformando casas. Las bodas, el acontecimiento donde se amplían las familias. Donde esa asociación siniestra llamada familia se extiende sin control como una plaga. Arrastrándote hasta ti como un tsunami mientras tú sin verlo venir chupas inocentemente la cabeza de un langostino en una mesa rodeado de gente extraña, y de tu nueva familia política también.

Familia política. Otro concepto absurdo inventado por algún psicópata. ¿Qué cojones significa eso? Pues yo os lo diré. No significa una puta mierda en absoluto. Lo que pasa es que era muy largo decir la familia de mi marido que me importa una mierda, o la familia de mi yerno que me suda la polla e inventaron el concepto de familia política. Yo supongo que escogieron ese nombre porque la política en general da asco, está corrupta y no hace más que sacarte la pasta y darte por culo. Pues eso, familia política.
El tema de las bodas merece un capítulo aparte, pero simplemente diré que en lo que se refiere al tema familiar es el mayor festival de lo odioso inimaginable.

Dos personas que hace un tiempo que se conocen y quieren, o follan juntos vaya, deciden oficializar o legalizar la relación -a medida que lo escribo veo más claro lo absurdo del tema- Entonces como buenos borregos deciden hacer lo que hace todo el mundo que es casarse.
¿En qué consiste casarse? Primero tienes que invitar al máximo de personas que puedas. Familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo y si eres un puto enfermo jefes del trabajo también, todo vale. Si no sabes qué hacer con el dinero porque ya estás cansado de limpiarte el ojal con los billetes de cincuenta invita a diestro y siniestro. Si no tienes dinero, también. Gástate todo lo que tengas, pide dinero a tus desgraciados padres, pide un préstamo, atraca un banco, roba a viejas por la calle, haz lo que sea pero arruínate invitando a todo bicho viviente o serás un puto cutre y el resto de tu manada borreguil te despreciará.

Una vez hecha una lista de invitados, habla con tus padres y como buen borrego invita también a todos las personas que ellos te “propongan”, tu tía del pueblo, el presidente de la comunidad de vecinos donde viven tus padres, el director del banco donde tu padre pidió la hipoteca o un jefe que tuvo hace treinta años.
Si tienes una lista de invitados de tres cifras ya estás listo para dar el siguiente paso, si no, es que eres un desgraciado que no tiene amigos y debes pegarte un tiro.

Ahora es hora de buscar una iglesia donde casarte.
Pero es que yo no soy demasiado creyente y no piso una iglesia desde que hice la primera y única comunión… dirás tú. Pues precisamente por eso debes casarte por la iglesia amigo borrego. Y en el futuro deberás llevar a tus hijos a un colegio de curas para que no se junten con la chusma, pero eso ya te lo explicaré más adelante.

Seguidamente debes buscar un buen restaurante donde hacer el convite. Que bella palabra: Convite… Si alguno de los lectores tiene un restaurante y ha leído la palabra le espero cinco minutos a que vaya a cambiarse de calzoncillos.
¿Ya? ¿Estas mejor? ¿Te has emocionado verdad? Es normal, no te juzgo sanguijuela.

A lo que íbamos. Contrata un buen sitio para comer. Y sobretodo deja claro que es para un convite de boda y así puedan atracarte como buen borrego que eres. Esto lo deberás repetir en la agencia de viajes, en el fotógrafo y en cualquier sitio donde vayas a gastarte la pasta.
Pero no vais a ir a casaros con cualquier cosa. No puedes ir con un vestido normal y corriente como una cualquiera. Cómprate un vestido de los que llaman de novia. Para que los reconozcas te diré que son unos vestidos de color blanco con mucha tela de formas extrañas, que valen lo que ganas en tres o cuatro meses de trabajo y que sirven para unas horas. No hay gasto más útil y coherente. Bueno si, comprarse un electrodoméstico que hace lo que ya hacen otros que tienes pero éste lleva pintada una manzana mordida.

Y llega el día de tu boda. El día más maravilloso para ella y para... El día más feliz. Pon posturas ridículas mientras te hacen fotos a diestro y siniestro. Aguanta el dolor de pies. Sonríe siempre, sobretodo sonríe. Comer no comerás una mierda, para eso están los invitados que arrasaran con todo como una horda de langostas. Si has hecho corto de comida se quejarán, si te has pasado y sobra lo criticarán también y si has acertado… pues lo criticaran también.
Pero sobretodo que no les falte de mamar a esos putos borrachos. Si no tu boda no vale nada.

Es el día en que los que tienen niños les sueltan las correas y los bozales para que corran libres y den por culo a todo el mundo, sobretodo a los sudorosos camareros. Donde los solterones intentan arrimar cebolleta para unos años después vengarse de los que le han invitado a la boda para invitarlos a las suya y así seguir el ciclo del borreguismo.
Para cerrar el tema boda. Ya que no quiero provocar suicidios en masa. Quisiera hacer una pregunta ¿Qué puto enfermo ha inventado el rollo ese de que hay que tomarse un sorbete de limón entre el primer plato y el segundo? ¿Quién coño hace eso en su casa? No, es que es para quitarte el gusto del primer plato que es de pescado porque el segundo es de carne. Claro lumbreras y es mucho mejor tener en la boca el sabor de un calipo de limón antes de comerte un cordero al horno. Donde va a parar… mucho mejor. Yo ahora me voy a comer unos buenos callos pero es que tengo en la boca un regustillo de olivas del vermut así que me voy a comer un banana Split porque soy un tío guay.

Restauradores, camareros, organizadores de eventos… ¡Iros a tomar por culo! A mí no me la coláis putos enfermos. Si tenéis excedentes de limones os los metéis por el culo de uno en uno, pero a mí, dime clásico, el sorbete me lo traes de postre. Y entre el postre y el  café me traes unas lentejas con chorizo que no quiero mezclar sabores.
Como veo que ya me he enrollado bastante, lo dejaremos aquí y seguiremos en una segunda parte, porque el tema familiar da muuuuuucho de si y merece todo mi odio.

¡Hasta otra familia!