Lo siento si suena muy duro pero a estas alturas ya
que más da… Odio a la familia. Odio
a mi familia, a la tuya y a todas en general.
Pero antes de empezar a odiar a diestro y siniestro
me gustaría definir el concepto de familia.
Es un concepto éste muy subjetivo.
Para muchos su familia la forman sus padres y hermanos, para otros sus padres,
hermanos, abuelos y tíos y para otros muchos gilipollas sus padres, hermanos,
abuelos, tíos, primos, primos segundos, nietos, cuñados, cuñadas, suegros…
Pero más allá de los mencionados gilipollas aún
encontramos un escalón más de gente “superguay”
que incluye en su familia a unos cuantos
amigos que son -palabras textuales- como hermanos. También a la panadera de abajo
de casa porque la conocen de toda la vida y a los vecinos con los que se van
juntos de vacaciones.
Para regocijo de todos mis fieles seguidores no me
puedo olvidar de nuestras amadas mascotas los perros, ya que estos animales son muchas veces incluidos en el
concepto de familia. Quien no ha oído la frase: “Es que Luna es como una más de la familia” refiriéndose a la puta
yorkshire…
No son pocos los que llaman a los perros “hijo” y no
contentos con eso cuando llega su auténtico hijo por la puerta le dicen al
perro: “Mira Rasty, ya ha llegado tu
hermano, saluda a tu hermano”. Una puñalada en el ojo es lo que merecerían.
No ahondaré en los casos en los que la dueña del
perro ha besado más veces en la boca
al animal que a su marido en los cincuenta años que llevan de casados, y por
supuesto más que a sus propios hijos.
Volviendo
al tema ser humano, hay varios conceptos que me gustaría que alguien me
aclarara. ¿Qué cojones es un primo segundo? ¿Qué mierda es un sobrino-nieto? O
¿Un tío-abuelo? ¿Tía segunda?... ¿Quién se ha inventado estas mierdas? Si yo ya
de pequeño tenía problemas para entender que era un yerno o una nuera o un
cuñado, ¿Para qué mierda van ampliando tanto el círculo inventado parentescos
extraños? ¿Qué quieren conseguir con eso? ¿Qué todo el planeta tierra seamos
familia? Bastantes problemas tenemos ya para mantener una relación medianamente
buena con nuestros padres y hermanos…
A los que
les gusta mucho estos parentescos extraños es a los gitanos. ¿Es posible que todos los gitanos de España sean familia?
¿Vienen todos de una pareja original, de un Adán y Eva gitaniles? No creo, si
una pareja primigenia de gitanos hubiera “cogido prestada” una manzana ni Dios tiene cojones a decirles nada. A
menos que quiera tener al día siguiente a treinta y cinco primos en la puerta.
Treinta y cinco primos dialogantes dispuestos a aclarar las cosas
civilizadamente por supuesto.
Voy
saliendo ya de este berenjenal y
otro día prometo meterme más a fondo en el mundo de mis amigos los gitanos, o
como hay que decir ahora: personas de etnia gitana. Pero para que nadie se
sienta menos odiado, antes tengo que escribir también sobre machupichus, moros, negros, charlies… perdón, quería decir:
sudamericanos, musulmanes, personas de color, asiáticos… De todas maneras no creo que levante tanta
polémica como criticar a los todopoderosos dioses de la humanidad: Los perros.
En fin,
seguimos con los parentescos chupiguays.
¿Qué enfermiza mente puede considerar que un cuñado o cuñada es un familiar
suyo? ¿O tan siquiera un amigo…? Pues eso que hay que estar enfermo.
Hay que
distinguir entre tres clases de cuñados: El cuñado o cuñada que se cepilla a tu
hermano o hermana, el cuñado o cuñada del cual tú te cepillas a su hermana o
hermano y el cuñado o cuñada que no se cepilla a nadie que te importe.
Los
primeros son los más odiables, sobre
todo si se cepillan a tu hermana. Los segundos hay que tenerlos contentos si
son de tu mismo sexo, y si son del sexo contrario y están buenos o buenas… peligro, mantenerse alejado. Los
terceros como si no existieran.
Otro parentesco
artificial y absurdo porque si es el de los consuegros. Como mi hijo y tu hija se han casado, nosotros ahora
somos familia. Cuando ya tienes una edad y estas de vuelta de todo lo único que
te falta ya es tener que hablar con otro señor mayor con el que no tienes nada
en común. “¡A mis brazos consuegro!” -frase rabiosa donde las haya-.
Y llegan
las bodas. ¿Qué sería de Divinity
sin las bodas? Tendrían que estar veinticuatro horas reformando casas. Las
bodas, el acontecimiento donde se amplían las familias. Donde esa asociación siniestra
llamada familia se extiende sin control como una plaga. Arrastrándote hasta ti como un tsunami mientras tú sin verlo
venir chupas inocentemente la cabeza de un langostino
en una mesa rodeado de gente extraña, y de tu nueva familia política también.
Familia política.
Otro concepto absurdo inventado por algún psicópata.
¿Qué cojones significa eso? Pues yo os lo diré. No significa una puta mierda en
absoluto. Lo que pasa es que era muy largo decir la familia de mi marido que me
importa una mierda, o la familia de mi yerno que me suda la polla e inventaron
el concepto de familia política. Yo supongo que escogieron ese nombre porque la
política en general da asco, está
corrupta y no hace más que sacarte la pasta y darte por culo. Pues eso, familia
política.
El tema de
las bodas merece un capítulo aparte, pero simplemente diré que en lo que se
refiere al tema familiar es el mayor festival
de lo odioso inimaginable.
Dos
personas que hace un tiempo que se conocen y quieren, o follan juntos vaya,
deciden oficializar o legalizar la relación -a medida que lo escribo veo más
claro lo absurdo del tema- Entonces como buenos borregos deciden hacer lo que hace todo el mundo que es casarse.
¿En qué
consiste casarse? Primero tienes que invitar al máximo de personas que puedas.
Familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo y si eres un puto enfermo jefes del trabajo también,
todo vale. Si no sabes qué hacer con el dinero porque ya estás cansado de limpiarte
el ojal con los billetes de
cincuenta invita a diestro y siniestro. Si no tienes dinero, también. Gástate todo
lo que tengas, pide dinero a tus desgraciados padres, pide un préstamo, atraca
un banco, roba a viejas por la calle, haz lo que sea pero arruínate invitando a
todo bicho viviente o serás un puto
cutre y el resto de tu manada borreguil te despreciará.
Una vez
hecha una lista de invitados, habla con tus padres y como buen borrego invita también
a todos las personas que ellos te “propongan”, tu tía del pueblo, el presidente
de la comunidad de vecinos donde viven tus padres, el director del banco donde
tu padre pidió la hipoteca o un jefe que tuvo hace treinta años.
Si tienes
una lista de invitados de tres cifras ya estás listo para dar el siguiente
paso, si no, es que eres un desgraciado
que no tiene amigos y debes pegarte un tiro.
Ahora es
hora de buscar una iglesia donde
casarte.
Pero es que
yo no soy demasiado creyente y no piso
una iglesia desde que hice la primera y única comunión… dirás tú. Pues precisamente
por eso debes casarte por la iglesia amigo borrego. Y en el futuro deberás
llevar a tus hijos a un colegio de curas para que no se junten con la chusma,
pero eso ya te lo explicaré más adelante.
Seguidamente
debes buscar un buen restaurante donde hacer el convite. Que bella palabra: Convite… Si alguno de los lectores
tiene un restaurante y ha leído la palabra le espero cinco minutos a que vaya a
cambiarse de calzoncillos.
¿Ya? ¿Estas
mejor? ¿Te has emocionado verdad? Es normal, no te juzgo sanguijuela.
A lo que íbamos.
Contrata un buen sitio para comer. Y sobretodo deja claro que es para un
convite de boda y así puedan atracarte como buen borrego que eres. Esto lo deberás repetir en la agencia de viajes,
en el fotógrafo y en cualquier sitio donde vayas a gastarte la pasta.
Pero no
vais a ir a casaros con cualquier cosa. No puedes ir con un vestido normal y
corriente como una cualquiera. Cómprate
un vestido de los que llaman de novia. Para que los reconozcas te diré que son
unos vestidos de color blanco con mucha tela de formas extrañas, que valen lo
que ganas en tres o cuatro meses de trabajo y que sirven para unas horas. No
hay gasto más útil y coherente. Bueno si, comprarse un electrodoméstico que
hace lo que ya hacen otros que tienes pero éste lleva pintada una manzana mordida.
Y llega el día de tu boda. El día más maravilloso
para ella y para... El día más feliz. Pon posturas ridículas mientras te hacen
fotos a diestro y siniestro. Aguanta el dolor de pies. Sonríe siempre, sobretodo sonríe. Comer no comerás una mierda, para
eso están los invitados que arrasaran con todo como una horda de langostas. Si
has hecho corto de comida se quejarán, si te has pasado y sobra lo criticarán también
y si has acertado… pues lo criticaran también.
Pero sobretodo
que no les falte de mamar a esos
putos borrachos. Si no tu boda no vale nada.
Es el día
en que los que tienen niños les sueltan las correas y los bozales para que
corran libres y den por culo a todo el mundo, sobretodo a los sudorosos camareros. Donde los solterones intentan
arrimar cebolleta para unos años después vengarse de los que le han invitado a
la boda para invitarlos a las suya y así seguir el ciclo del borreguismo.
Para cerrar
el tema boda. Ya que no quiero provocar suicidios en masa. Quisiera hacer una
pregunta ¿Qué puto enfermo ha
inventado el rollo ese de que hay que tomarse un sorbete de limón entre el
primer plato y el segundo? ¿Quién coño hace eso en su casa? No, es que es para
quitarte el gusto del primer plato que es de pescado porque el segundo es de
carne. Claro lumbreras y es mucho
mejor tener en la boca el sabor de un calipo de limón antes de comerte un
cordero al horno. Donde va a parar… mucho mejor. Yo ahora me voy a comer unos
buenos callos pero es que tengo en la boca un regustillo de olivas del vermut así
que me voy a comer un banana Split porque soy un tío guay.
Restauradores,
camareros, organizadores de eventos… ¡Iros
a tomar por culo! A mí no me la coláis putos enfermos. Si tenéis excedentes
de limones os los metéis por el culo de uno en uno, pero a mí, dime clásico, el
sorbete me lo traes de postre. Y entre el postre y el café me traes unas lentejas con chorizo que
no quiero mezclar sabores.
Como veo
que ya me he enrollado bastante, lo dejaremos aquí y seguiremos en una segunda
parte, porque el tema familiar da muuuuuucho de si y merece todo mi odio.
¡Hasta otra
familia!